Hasta que se produjo la expansión masiva de Santiago fuera del casco histórico, la vida compostelana estaba regida por el reloj de la catedral, y la mayestática solemnidad de su enorme campana, la Berenguela, que con su sonido denso y potente marca el discurrir del tiempo en la ciudad de Compostela.
Cuando esto aún era así, lo contaba de este modo Don Gonzalo Torrente Ballester en su obra Compostela y su ángel: «Compostela se hace en torno a la campana. La campana lo va creando todo día a día, siglo a siglo, sin más que dar las horas. Y la niebla es el caos de donde la campana va sacando las cosas».
Agotada su sonoridad por una grieta en su estructura y empujada por impulsos modernistas, la campana fue sustituida, y la vieja campana mayor junto a sus hermanas menores y más jóvenes, descansan en una esquina del Claustro como ornamento decorativo. ¿Conservarán desde su nueva posición, memoria de sus hermanas que viajaron de Compostela a Córdoba raptadas por Almanzor, y luego desde Córdoba devueltas a Santiago siglos después?.
El reloj, de construcción plateresca, posee una única aguja que marca solo las horas en memoria de los tiempos en que no era necesaria mayor precisión; toma lugar en la torre a la que da nombre: Torre del reloj, también llamada Torre de la Trinidad, de más de sesenta metros de altura, mixta de gótico y barroco. Ahora otra campana de menor volumen, toca además los cuartos, complementando la justeza horaria de la aguja única. La primera parte de la torre es
un cubo gótico de función defensiva, iniciada en el siglo XIV por mandato del arzobispo Don Rodrigo del
Padrón y concluida por el arzobispo Berenguel de Landoira que da su nombre a la torre y la campana mayor, aunque algunos románticos especulan que se debe a que rememoraba la esbeltez de la reina Berenguela. Su remate barroco fue obra de Domingo Antonio de Andrade, en el siglo XVII, cuando se añadieron dos cuerpos superiores decrecientes decorados con formas vegetales y motivos jacobeos, con cuatro torretas con cúpula que custodian los cuatro esferas del reloj, uno por cada lado de la torre.
lo de siempre…somos los mejores en hacer campanas y otras cosas