7- Santa Isabel de Aragón, reina de Portugal, peregrina jacobea

 Copia de Presen Velazquez-madrid 28052013 (2) (2)         Un gran amigo a la par que un destacadísimo experto en el ámbito jacobeo, autor, historiador e investigador con el que he tenido la suerte de colaborar en distintos proyectos y actividades, comisario de exposiciones y participe asiduo en congresos jacobeos, me presta un artículo sobre un personaje de gran interés en el mundo de las peregrinaciones a Santiago de Compostela: Santa Isabel de Aragón, reina de Portugal, que goza, ayer y hoy, de gran afecto en el país hermano, y de quien se conserva este bellísimo texto de canción juglaresca galaico-portuguesa que nos da una idea del valor singular:

Vai romera a Sant-Iago
Doña Isabel de Aragón
Raiña de Portugal.
En vez de vestos reaes,
Traia un habito de freira
Os ollos cheos e humilde
Pedindo Smolla na estrada.

           El trabajo de mi amigo y admirado Francisco Singul, al que me permito incorporar algunas imágenes adicionales, aporta además algunos datos interesantes sobre tradición jacobea, tradición que era conocida y admirada por la reina santa.

FranciscoSingul-300x300Santa Isabel de Aragón, reina de Portugal, peregrina jacobea
Francisco Singul

          El culto jacobeo en tierras lusitanas es un fenómeno temprano, de origen altomedieval, próximo a los años inmediatamente posteriores al descubrimiento del cuerpo de Santiago el Mayor, y continuó desarrollándose a lo largo de la Edad Media, CaminoFatimaPortuguesyPlata220x357como en el resto de Occidente. A Compostela peregrinaron los portugueses incluso en una época tan difícil como el siglo XIV, un tiempo pródigo en guerras, pestes –la célebre de 1348 no fue la única desatada en el continente-, hambre, inseguridad y crisis de pensamiento. Pues bien, durante el medievo fue tan intensa la devoción jacobea del pueblo lusitano y de sus nobles, del clero y aún de sus soberanos, que llegaron a dibujarse hasta siete caminos de peregrinación en el territorio portugués históricamente más unido a Galicia, las tierras comprendidas entre el Duero y el Miño.

          Hay que recordar que, después de la conquista islámica de la Península, este norte lusitano continuó ligado a una Galicia que se integró de modo natural en el reino de Asturias y después en el de León; la evolución de la reconquista favoreció esta ligazón, ampliándose el reino leonés hasta el valle del Mondego, tras la conquista de Coimbra en 1064 por Fernando I, hecho de armas en el que reside el origen de la tradición de Santiago como caballero ecuestre, miles Christi en apoyo de las huestes cristianas, según consta en dos conocidos textos del siglo XII, la Historia Silense (1115) y el capítulo 19 del Libro II –dedicado a los milagros del apóstol- del “Códice Calixtino” (ca. 1140-50).

396px-Condado_portucalense_carte-1070-fr          Este Portugal primigenio, convertido en condado por Alfonso VI, al casar a Teresa, su hija natural, con el noble borgoñón Enrique de Chalôns, la devoción al apóstol hizo realidad las pegrinaciones lusitanas a Compostela desde finales del siglo XI. En 1097 los condes Enrique y Teresa dieron ejemplo y viajaron piadosamente hasta el altar de Santiago, que por aquel entonces todavía estaba custodiado en el interior del edículo sepulcral que Teodomiro de Iria había encontrado en el bosque Libredón. En 1114 Afonso Henriques hereda de sus padres el condado portucalense que, tras la batalla de Guimarâes (1128), se separa de Galicia y de la corona de Castilla y León, en esa época ostentada por Alfonso VII, rey ungido por Gelmírez en la catedral de Santiago y al que gustaba hacerse llamar “emperador”. Lejos de abandonar la tradición jacobea, el condado independiente de Portugal continúa peregrinando, como se desprende de una donación de Afonso Henriques en 1141 al monasterio de Paderne, con la indicación de que la comunidad ofrezca hospitalidad a pobres y peregrinos. Con la victoria de Ourique sobre los musulmanes (1138) y la celebración de las cortes de Lamego (1143), Afonso Henriques es reconocido primer rey del país. Bueno sería recordar que en 1147 una escuadra cruzada que navegaba hacia Tierra Santa, compuesta por flamencos, alemanes y británicos, ayudaron al primer rey portugués en la toma de Lisboa, previo paso por Compostela, donde pidieron como peregrinos el auxilio de Santiago.

Santa Isabel de Portugal (1638-42) Museo del Prado, Madrid.          En el difícil contexto del siglo XIV destaca entre todos los peregrinos jacobeos doña Isabel de Aragón (ca. 1270-1336), hija del soberano aragonés Pedro III y de Contanza de Nápoles, y nieta del célebre Jaime I El Conquistador. Fue reina de Portugal por su casamiento con don Dinís, con quien tuvo dos hijos, Afonso, futuro rey de Portugal, y Contanza, futura reina de Castilla. La vida de la reina Isabel es pródiga en hechos piadosos dirigidos a mejor servir a pobres y necesitados, a la Iglesia y al pueblo, pues a su bondadosa munificencia se debe la fundación de numerosos hospicios, albergues, leproserías, hospitales y conventos, el más célebre el de Santa Clara de Coimbra, donde vivió sus últimos años y donde se encuentra su sepulcro (hoy en Santa Clara-a-Nova).

          El mejor servicio a la Corona y al pueblo reside en su capacidad negociadora, pues varios fueron los violentos desencuentros entre el rey don Dinís y su hijo primogénito, el príncipe Afonso, motivados por los celos que 200px-Dinis-PAfonso tenía de los hijos bastardos del rey –en especial de su hermanastro Afonso Sánchez-, a quienes don Dinís parecía preferir. Ante el peligro de no verse coronado, el primogénito y sus fieles tomaron la senda de la guerra contra el rey durante el período 1320-24. En este conflicto civil tomó parte doña Isabel, con ánimo mediador y pacificador; sin duda el momento más sonado fue cuando se dirigió montada en una mula hacia el campo de batalla de Alvalade, no lejos de Lisboa, para implorar la paz entre padre e hijo. Esta labor pacificadora ya la había practicado la soberana años antes, durante los conflictos habidos entre castellanos y portugueses, logrando la paz entre ambos reinos en 1296, tras haberse entrevistado con doña María de Molina, reina de Castilla y León, y preparar la boda de su hija Constanza con Fernando, heredero de la Corona castellana. Más allá de las fronteras peninsulares también brillaron sus éxitos diplomáticos, al lograr la reconciliación del Papado con Portugal, con la firma de un Concordato y la fundación de la Universidad de Coimbra.

 ??????????        Si en vida fue una reina bondadosa y muy preocupada por los desfavorecidos, una vez muerta su leyenda multiplicó sus actos piadosos, pues el pueblo pronto le atribuyó hechos miríficos. El rey don Manuel I solicitó al papa León X su beatificación, ratificada por bula pontificia firmada el 15 de abril de 1516. El hecho de que doña Isabel fuese madre de reyes peninsulares –Constanza de Castilla y Afonso IV de Portugal-, ascendiente por doble vía de Felipe II, rey de España y Portugal, fue decisivo para que el monarca hispano en cuyo imperio no se ponía el sol comenzase a promover su canonización en el período comprendido entre 1583-91; de este modo se solemnizaba la devoción popular que la reina conocía en Portugal desde principios del siglo XVI. Felipe III apoyó decisivamente el proceso de canonización, que habría de culminar con éxito el papa Urbano VIII, el 25 de mayo de 1625, siendo rey de España Felipe IV.

 santaisabel  santa-isabel       No cabe duda que en este proceso jugaron un papel relevante los actos de caridad que adornaron la piadosa biografía de la rainha santa, entregada a una vida cristiana ejemplar, en la que tuvieron preeminencia la educación de sus hijos (incluso de los hijos bastardos de don Dinís), la fundación de obras pías y la búsqueda de la paz, logrando abortar aquellos conflictos que amenazaban la vida de su familia y de los pueblos peninsulares, así como la Gravado de Santa Isable con hábito de clarisa. S. XVIII. Coimbraestabilidad de los reinos de sus mayores. Tras la muerte de su marido, don Dinís, luctuoso hecho acaecido el 7 de enero de 1325, se retiró entre los muros de Santa Clara de Coimbra, monasterio que había fundado y cuyas obras vigiló de cerca, vistiendo los hábitos de las clarisas –que no habría de quitarse el resto de su vida-, pero sin hacer voto de pobreza, pues quiso mantener su patrimonio de soberana para continuar ejerciendo sus acostumbradas caridades.

D-882-1          Por motivos devocionales, para orar por el bien de su alma y de la de su marido, presuntamente en el purgatorio, doña Isabel tomó la senda peregrina y jacobea en una o dos ocasiones –esto no está del todo claro-, llamada por su piedad y por la fama internacional que desde hacía siglos había alcanzado el santuario jacobeo. La primera vez –la única según algunos autores- que decidió viajar a Santiago fue en 1325, algunos meses después de la muerte del rey. Inició la peregrinación en junio, con la intención de rezar por el alma de su marido ante el altar de Santiago el día 25 de julio de aquel año y solicitar indulgencias que redundasen en beneficios espirituales a favor del difunto. Don Dinís no había tenido ocasión de peregrinar a Compostela, pero demostró su devoción por Santiago donando al Cabildo de la catedral 300 maravedíes para conmemoración de su aniversario. Su esposa bien sabía, por ser persona espiritual, que mayor sería el beneficio para el alma del rey si lo que entregaba al apóstol era un sacrificio personal, acompañado de una generosa donación de valor simbólico significativo.

30568226 - copia          En esa ocasión Isabel de Portugal pasó por Padrón, con el propósito de visitar los lugares tradicionalmente vinculados con la predicación del apóstol en Galicia –el “Santiaguiño do Monte”- y con el traslado de sus restos desde Tierra Santa; en concreto conoció el célebre “pedrón” que se custodia en el templo padronés dedicado a Santiago –en aquel tiempo se conservaba la iglesia románica Desembarco del Cuerpo de Santiago Apóstol. Museo Lázaro Galdianoconstruida por Gelmírez- y la “piedra reblandecida”, roca que tenía la huella del cuerpo del Zebedeo y que estaba asociada al momento en el que los discípulos dejaron en tierra en cuerpo de su maestro y la roca lo acogió amorosamente; esta piedra fue venerada por los peregrinos durante siglos, hasta la que la piedad popular la erosionó en demasía, pues los devotos rascaban la reliquia con cuchillos y objetos cortantes para llevarse un trozo; los padroneses optaron por arrojarla al río Sar, para proteger tan preciado objeto, permitiendo que los peregrinos viesen la piedra con la huella de Santiago sobre el lecho fluvial desde un embarcadero construido con tal efecto. De ese modo inmersa la pudo ver en 1467 el noble bohemio León de Rosmithal; en 1494 la vieron Hyeronimus Münzer y sus compañeros de viaje, y en 1550 el licenciado Molina. Después se perdió la memoria de esta pieza –posiblemente un sepulcro antropomorfo del siglo VI, como los que abundan en la necrópolis de Iria Flavia- ligada a la tradición de la Translatio jacobea.

Sepulcro_antropomorfo_de_Paderne_-_copiaSepulcro antropomorfo de San Pedro de Rocas. Orensesepulcro antropomórfico

  httphastaelquintopino.blogspot.com.esphistorias-cortas-camino-de-santiago.html        Al llegar a Milladoiro y ver por fin las torres de la catedral compostelana, la reina santa descendió del caballo en el que viajaba y continuó a pie. En Santiago pudo asisitir a la solemne celebración del 25 de Báculo de peregrina. S. XIV. Monasterio de Santa Clara-a-Nova. Coimbrajulio y donó al apóstol su corona de soberana, su regio manto bordado con hilos de oro y plata, tapicerías con las armas de Aragón y Portugal y otros presentes de valor, recibiendo varios regalos del arzobispo Berenguel de Landoria, entre ellos una escarcela adornada con una concha de vieira y un báculo o bordón ornado con vieiras grabadas sobre planchas de plata, y con remate en tau, de piedra y con leones de plata en los extremos, igual al que empuña la imagen de Santiago en el Pórtico de la Gloria. Con estos adminículos se enterró la reina en Santa Clara-a-Velha de Coimbra, pues ambos aparecieron en 1612 en el interior del sepulcro, en el reconocimiento que se hizo del cuerpo de la soberana.

Mosteiro Santa Clara-a-Velha

 4         Autores no faltan en asegurar –en especial Ruy de Pina (1440-1522), en su Crónica de El Rey Dom Afonso o Quarto- que antes de su fallecimiento, acaecido en el castillo Estremoz el 4 de julio de 1336, doña Isabel regresó como peregrina a Santiago en 1335, en un viaje piadoso en favor de su alma. Según la Crónica de Ruy de Pina lo hizo enteramente a pie, sin ser reconocida, y sólo acompañada por un séquito muy reducido. Lo cierto es que sobre esta supuesta segunda peregrinación no se tienen más datos; ¿responde a la realidad histórica, o es fruto de la hagiografía popular de la reina?

          Aunque tampoco se conocen las etapas del viaje o viajes de santa Isabel, es posible reconstruir la ruta de peregrinación Coimbra-Compostela a partir de dos itinerarios conocidos: el emprendido a finales de 1494 por Hyeronimus Münzer, y el del rey don Manuel I, peregrino jacobeo en 1502. Münzer era un médico de Nurenberg empleado como embajador al servicio del emperador Maximiliano. Tras haber dejado atrás Lisboa, Alverca, Santarém –donde residían los hospitalarios-, Tomar –ciudad donde se encuentra la casa madre de la orden de Cristo (templarios)-, Münzer llegó a Coimbra, cruzó el río Mondego y continuó por tierra hacia el norte, pasando por Porto, Barcelos, Ponte de Lima, Paredes de Coura y Valença do Minho; el alemán cruzó el Miño, se sorprendió gratamente con la catedral de Tui, hizo noche en Redondela, siguió hasta la villa de Pontevedra, para después continuar hasta Caldas y Padrón, antes de entrar en Santiago de Compostela el 13 de diciembre de 1494.

manuel          La ruta seguida en 1502 por el rey Manuel I fue algo distinta, y sin duda más cómoda: el soberano y su comitiva partieron de Lisboa en barco, navegaron por el río Tajo hasta Tancos y continuaron por tierra hasta Tomar, para después seguir hasta Coimbra. La ruta hacia Porto la hizo por la costa, pasando por el castillo de Montemor-o-Velho y la villa de Aveiro. Después de Porto, el viaje del monarca lo lleva hasta Dumio (Braga), en lugar de tomar una ruta más corta hacia el norte. El motivo era visitar los sepulcros de san Martín de Dumio y san Fructuoso de Montélius. De Braga salió el grupo hacia Ponte de Lima, para después continuar hacia Valença, Tui, Pontevedra y Santiago.

          Es posible que en 1325 doña Isabel y su séquito viajasen de Coimbra hasta Montemor-o-Velho, allí tomasen un barco hacia el norte, con destino a Porto, o incluso a Padrón –de esto nada se sabe, es pura especulación- y desde uno de estos puertos siguiesen peregrinando a caballo, como era habitual entre los nobles y reyes medievales, poco dados a las largas caminatas, pues viajar sobre montura ya les parecía bastante sacrificio expiatorio, sobre todo si ya contaban con avanzada edad; la rainha santa en 1325 tendría unos cincuenta y cinco años (falleció a los sesenta y seis), una edad media-alta para su época, teniendo en cuenta que había contraído matrimonio a los doce. Otra posibilidad, claro está, es que el nutrido cortejo de la reina realizase a caballo todo el trayecto desde Coimbra, entrando en Galicia por Tui.

2 coimbra isabel de portugal - copia

  virgen o museo catedral        La estatua yacente que adorna el sepulcro de la reina Isabel, obra maestra de la escultura gótica portuguesa, muestra los rasgos finos del rostro –posible retrato idealizado de la soberana- enmarcado en la toca del hábito de las clarisas; y aunque el maestro Pêro, que fue el escultor que labró en 1330 la pieza en un único bloque de piedra calcárea de Coimbra –pedra de Ançâ-, ciñó las sienes de la reina con su corona, no se olvidó de ponerle en la cintura la escarcela con la concha y en sus manos el bordón en tau que había obtenido en Compostela. De este modo, incidiendo en su papel de devota peregrina de Santiago, subsiste en el recuerdo de las generaciones la memoria de la única reina santa de Portugal.

Imagen procesional de la santa venerada en CoimbraUrna donde reposan actualmente los restos de la santa detrás de su imagen procesional. Monasterio de Santa Clara de Coimbra

Fuentes:
Carta-reliquia de Santa Isabel de Aragón, Reina de Portugal, Diputación Provincial de Zaragoza, Zaragoza, 1996 (9 págs.)
 
Bibliografía:
– H. BAQUERO MORENO, “Vias portuguesas de peregrinaçâo de Compostela na Idade Média”, en Revista da Faculdade de Letras, Porto, 1986, pp. 77-89
– Idem, As peregrinaçôes a Santiago e as relaçôes entre o Norte de Portugal e a Galiza, Lisboa, 1992
– Idem, “A via Medieva do Atlántico na Peregrinaçâo a Santiago”, en Actas del II Congreso Internacional de Estudios Jacobeos. Rutas atlánticas de peregrinación a Santiago de Compostela (Ferrol, septiembre 1996), t. II, Santiago, 1998, pp. 97-98
– H. BAQUERO MORENO y A.M. DE OLIVEIRA MARTINS, “Figuras de la realeza portuguesa en peregrinación a Santiago”, en Santiago Camino de Europa. Culto y cultura en la peregrinación a Compostela, Santiago, 1993, pp. 99-119, especialmente 109-112
– D. DE GOIS, Crónica do rei D. Manuel, t. I, Coimbra, 1949
– V, GONZÁLEZ HERNÁNDEZ, Santa Isabel de Aragón, Infanta y Reina de Portugal, Zaragoza, 1971
– M. GONZÁLEZ VÁZQUEZ, Las mujeres de la Edad Media y el Camino de Santiago, Santiago, 2000, pp. 24-25 y 31-35
– A. LÓPEZ FERREIRO, Historia de la Santa A.M. Iglesia de Santiago de Compostela, t. VI, Santiago, 1903, pp. 297-300 y apéndice XIX: “Relación de la peregrinación de la Reina de portugal Santa Isabel, a Santiago”, pp. 83-86
– J. MARQUES, “O culto a S. Tiago no Norte de Portugal”, en Actas del II Encuentro sobre los Caminos Portugueses a Santiago, Vigo, 1993, pp. 57-85
– S. MORALEJO y M. REAL, “Báculo de Santa Isabel de Portugal”, en Santiago Camino de Europa. Culto y cultura en la peregrinación a Compostela, Santiago, 1993, pp. 434-435
– A. RIBEIRO DE VASCONCELOS, Evoluçâo do culto de Dona Isabel de Aragâo, esposa do rei lavrador, Dom Dinís de Portugal (a Rainha Santa), Coimbra, 1894
– P. SÁNCHEZ LÓPEZ-ORCAZBERRO, “Los Caminos Portugueses a Santiago en la obra del geógrafo árabe al-Idrisi”, en Actas do III Encontro sobre os Caminhos Portugueses a Santiago, Valença do Minho, 1997, pp. 51-59
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3 respuestas a 7- Santa Isabel de Aragón, reina de Portugal, peregrina jacobea

  1. Quizay dijo:

    Maravilhosa apresentação de Santa Isabel. Parabéns.Continue com teus estudos e obras. Quizay

  2. Fernando Iglesias dijo:

    Hombre esta claro que el fenómeno de las Peregrinaciones a Santiago -como todos sabemos- no es nada nuevo, ni de tiempos recientes, se da desde tiempos inmemoriales, se remonta a hace más de 1000 años, con el descubrimiento de la Tumba de Santiago el Mayor durante el reinado de Alfonso II, con lo cual no es de extrañar que diferentes *Reyes & Reinas se hubieran puesto en camino a Santiago de Compostela para visitar la tumba del Apóstol Santiago -el hijo de Zedebeo-
    En aquellos tiempos pasados tambien se estilaba que los ricos pagasen a otras personas para que Peregrinasen a Santiago en el nombre de ellos -previo pago-
    La peregrinación se puede realizar por mera profesión de fe o como método para expiar algún pecado
    El camino de Santiago es pues un fenómeno espiritual de primer orden en la Iglesia y la sociedad

    *Sancho Garcés III, Alfonso II y III, Isabel y Fernando, Carlos I, Felipe II, etc.

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